CINE Espacio INCAA Santa Rosa
Domingos 9, 16 y 23 de octubre, 18hs
Hugo, que alguna vez fue jugador de San Lorenzo, hoy
sobrevive como taxista. Los años y los kilos se le vinieron encima. Pero la
suerte parece cambiar a partir de que conoce a Silvia y su hijo Julián. El
deseo y la necesidad de ser alguien lo impulsan a llevar a Julián a probarse en
el club donde él jugaba. Después de tanto tiempo, esta parece ser su
oportunidad.
sobrevive como taxista. Los años y los kilos se le vinieron encima. Pero la
suerte parece cambiar a partir de que conoce a Silvia y su hijo Julián. El
deseo y la necesidad de ser alguien lo impulsan a llevar a Julián a probarse en
el club donde él jugaba. Después de tanto tiempo, esta parece ser su
oportunidad.
Entretenimiento, fanatismo vacuo, vehículo del desaforo
nacional: eso creen muchos que es el fútbol, ninguneando el magnetismo masivo
de dicho deporte, su potencial como metáfora de todas las virtudes y vicios
argentinos.
nacional: eso creen muchos que es el fútbol, ninguneando el magnetismo masivo
de dicho deporte, su potencial como metáfora de todas las virtudes y vicios
argentinos.
Para Hugo, el fútbol abarca toda esperanza de ascenso
social, de amor, de construcción de una familia. Y, en ese punto, Hijos
nuestros capta algo verdaderamente argentino, ese anhelo ingenuo y hasta tierno
de que todo sufrimiento y presente gris se solucione en un quiebre de la
cintura, en una red que se infla.
social, de amor, de construcción de una familia. Y, en ese punto, Hijos
nuestros capta algo verdaderamente argentino, ese anhelo ingenuo y hasta tierno
de que todo sufrimiento y presente gris se solucione en un quiebre de la
cintura, en una red que se infla.

