La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales
de Estados Unidos ha sacudido, literalmente, al país y al mundo. En primer
lugar por su carácter sorpresivo –las encuestas le daban cierta posibilidad de
ganar y al final la contienda se cerró, pero el consenso era que Hillary
Clinton sería la ganadora– y, más importante, por sus graves implicaciones
potenciales para el futuro de la nación y el mundo.
de Estados Unidos ha sacudido, literalmente, al país y al mundo. En primer
lugar por su carácter sorpresivo –las encuestas le daban cierta posibilidad de
ganar y al final la contienda se cerró, pero el consenso era que Hillary
Clinton sería la ganadora– y, más importante, por sus graves implicaciones
potenciales para el futuro de la nación y el mundo.
Aunque resulta perturbador que un candidato como Trump –que
insultó constantemente a multitud de grupos sociales (mujeres, latinos,
afroamericanos, musulmanes, prisioneros de guerra y familiares de soldados
caídos, discapacitados, entre otros) y se aupó en un discurso de tonos
autoritarios y reaccionarios– haya ganado los comicios, la victoria del magnate
tiene la validez legal que le concede su triunfo en el Colegio Electoral, que
es donde se elige al presidente estadounidense.
insultó constantemente a multitud de grupos sociales (mujeres, latinos,
afroamericanos, musulmanes, prisioneros de guerra y familiares de soldados
caídos, discapacitados, entre otros) y se aupó en un discurso de tonos
autoritarios y reaccionarios– haya ganado los comicios, la victoria del magnate
tiene la validez legal que le concede su triunfo en el Colegio Electoral, que
es donde se elige al presidente estadounidense.
Por ello, la nación requiere una honda reflexión sobre el
alcance del malestar social y el auge de actitudes intolerantes que se
mezclaron para permitir que Trump sea el próximo ocupante de la Casa Blanca.
Comprender y atender esa realidad es indispensable para que, al margen de quién
ocupe la presidencia, esas heridas sociales puedan sanar y se evite dañar la
institucionalidad y los valores democráticos.
alcance del malestar social y el auge de actitudes intolerantes que se
mezclaron para permitir que Trump sea el próximo ocupante de la Casa Blanca.
Comprender y atender esa realidad es indispensable para que, al margen de quién
ocupe la presidencia, esas heridas sociales puedan sanar y se evite dañar la
institucionalidad y los valores democráticos.
La elección de Trump más que un aval al individuo o un
reconocimiento a una candidatura es una expresión de la profunda división que
existe en Estados Unidos, de los profundos desencuentros entre gobierno y
ciudadanos y del riesgo de que esas diferencias se ahonden y afecten la
democracia.
reconocimiento a una candidatura es una expresión de la profunda división que
existe en Estados Unidos, de los profundos desencuentros entre gobierno y
ciudadanos y del riesgo de que esas diferencias se ahonden y afecten la
democracia.
La victoria electoral no legitima las actitudes y
planteamientos más hostiles que el magnate abanderó o dejó ser durante su campaña. Pero grupos
extremistas podrían suponer que el triunfo de Trump concede validez al
nativismo, a la xenofobia, al racismo, a la misoginia, a la intolerancia y a
las actitudes autoritarias. No es así, pero ése es una de las graves
consecuencias que podría tener el resultado del 8 de noviembre: atizar la llama
de los extremismos y, peor aún, darles legitimidad o cabida dentro del aparato
de gobierno.
planteamientos más hostiles que el magnate abanderó o dejó ser durante su campaña. Pero grupos
extremistas podrían suponer que el triunfo de Trump concede validez al
nativismo, a la xenofobia, al racismo, a la misoginia, a la intolerancia y a
las actitudes autoritarias. No es así, pero ése es una de las graves
consecuencias que podría tener el resultado del 8 de noviembre: atizar la llama
de los extremismos y, peor aún, darles legitimidad o cabida dentro del aparato
de gobierno.
A lo largo de todo el proceso electoral, desde las campañas
primarias hasta la fecha, mientras se alertaba sobre los peligros del discurso
de Trump también se comentó que la retórica del magnate sería un mero
oportunismo para atraerse votos (al parecer, él incluso llegó a sugerir ante
The New York Times que ‘todo es negociable’) y es posible que una vez en el
poder y con las realidades del gobierno frente a sí, el nuevo presidente
realice un esfuerzo de comprensión y contención que mitigue sus ácidos
planteamientos de campaña para dar paso a un gobierno, en lo que cabe,
incluyente y receptivo.
primarias hasta la fecha, mientras se alertaba sobre los peligros del discurso
de Trump también se comentó que la retórica del magnate sería un mero
oportunismo para atraerse votos (al parecer, él incluso llegó a sugerir ante
The New York Times que ‘todo es negociable’) y es posible que una vez en el
poder y con las realidades del gobierno frente a sí, el nuevo presidente
realice un esfuerzo de comprensión y contención que mitigue sus ácidos
planteamientos de campaña para dar paso a un gobierno, en lo que cabe,
incluyente y receptivo.
Pero, como también se vio a lo largo del proceso, eso podría
ser pedirle peras al olmo, por lo que la sociedad debe estar alerta y, mediante
el ejercicio de sus libertades y derechos democráticos, frenar los arrebatos
autoritarios y el frenesí intolerante que, por lo que dijo en su campaña, Trump
podría comenzar a aplicar durante su mandato.
ser pedirle peras al olmo, por lo que la sociedad debe estar alerta y, mediante
el ejercicio de sus libertades y derechos democráticos, frenar los arrebatos
autoritarios y el frenesí intolerante que, por lo que dijo en su campaña, Trump
podría comenzar a aplicar durante su mandato.
Por ejemplo, de emprender su anunciada política de
persecución y deportación de indocumentados, su prohibición a la entrada de
musulmanes al país, su noción de restaurar “ley y orden” mediante intimidación
y detención, sus amenazas de limitar la libertad de expresión o de perseguir a
sus opositores y otros de sus desplantes autoritarios, los derechos civiles y
las libertades básicas podrían ser vulneradas de modo ominoso.
persecución y deportación de indocumentados, su prohibición a la entrada de
musulmanes al país, su noción de restaurar “ley y orden” mediante intimidación
y detención, sus amenazas de limitar la libertad de expresión o de perseguir a
sus opositores y otros de sus desplantes autoritarios, los derechos civiles y
las libertades básicas podrían ser vulneradas de modo ominoso.
En el plano económico, sus propuestas fiscales y de
proteccionismo comercial podrían desatar mayores crisis y pérdidas de negocios
y de empleos, y su idea de abolir la Ley de Cuidado de Salud (Obamacare)
dejaría de golpe sin cobertura médica a millones.
proteccionismo comercial podrían desatar mayores crisis y pérdidas de negocios
y de empleos, y su idea de abolir la Ley de Cuidado de Salud (Obamacare)
dejaría de golpe sin cobertura médica a millones.


