“Estamos
extremadamente contentos con el progreso que ha hecho el presidente” de Estados
Unidos, Donald Trump, quien «podría ser dado de alta el lunes»,
aseguró este domingo el médico presidencial, Sean Conley, durante el parte
médico que dio en los escalones del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed,
donde el mandatario está siendo tratado desde el viernes por coronavirus.
Conley ofreció el parte médico alrededor del mediodía estadounidense, junto
al equipo médico que monitorea la salud de Trump, conformado únicamente por
varones.
Allí informó que el nivel de oxígeno en sangre del presidente Donald Trump bajó
repentinamente el sábado, pero «ha seguido mejorando», y sugirió
que Trump podría ser dado de alta del hospital mañana.
Detalló que el mandatario tiene una tos media, congestión nasal y fatiga, pero
todos esos signos van en mejoría.
Trump “está recibiendo cuidado constante y un monitoreo ante cualquier
evidencia de complicación tanto de la enfermedad de coronavirus como de las
terapias que le estamos prescribiendo”, agregó en una breve intervención el
doctor Sean Dooley, en referencia a las dosis de dexametasona que el
mandatario está tomando.
El fármaco es un potente glucocorticoide sintético con acciones similares a las
de las hormonas esteroides, que actúa como antiinflamatorio e inmunosupresor,
con una potencia altamente superior a la de la hidrocortisona y la prednisona.
“Monitoreamos sus funciones cardíacas, renales y respiratorias, todas ellas
están normales y esta mañana el presidente no necesitó oxígeno, tampoco tuvo dificultades
para respirar ni para caminar por la Unidad Médica de la Casa Blanca”, aseguró
Dooley.
Tras esos dichos, los medios insistieron sobre una posible neumonía del
presidente e inquirieron sobre el estado de sus pulmones.
La salud de
Trump
Conley buscó
aclarar las declaraciones contradictorias, pero agregó confusión sobre la
condición del presidente.
Afirmó que Trump tenía “fiebre alta” y un nivel de oxígeno en sangre por debajo
del 94% el viernes y nuevamente el sábado, acompañado por un cuadro de astenia.
Actualmente, el nivel es del 98%, dijo el equipo médico de Trump.
Los periodistas señalaron el cruce de información, por lo que Conley debió
reconocer que se trató “de más de una vez, pero si (Trump) llegó a necesitar
oxígeno fue por un período muy corto”, minimizó el médico.
Más allá de las contradicciones, Conley se mostró esquivo ante las
preguntas de los periodistas sobre el estado pulmonar del mandatario y más
de una vez miró hacia el resto del cuerpo médico en busca de alguna respuesta.
“No es cierto que estemos ocultando algo, pero no voy a entrar en detalles
sobre la condición de los pacientes. Está respondiendo bien y si todo va bien,
mañana podrá estar en la Casa Blanca”, sentenció.
Hoy, “sus signos vitales mejores y no presenta síntomas respiratorios.
Camina sin limitaciones mientras seguimos monitoreando su corazón, riñones e
hígado que funcionan normales”, aseguró Conley quien agregó que los dichos del
jefe de personal Mark Meadows sobre la salud de Trump fueron malinterpretadas
por la prensa.
El sábado, Meadows dijo a los periodistas fuera del hospital: «Todavía no
estamos en un camino claro hacia una recuperación total».
Por su parte, Trump ofreció su propia evaluación de su estado la noche
anterior en un video desde su suite del hospital, diciendo que estaba
comenzando a sentirse mejor y que esperaba «volver pronto», y volvió
a las redes sociales el domingo por la mañana temprano, compartiendo un video
de simpatizantes que ondeaban banderas, la mayoría sin máscaras, reunidos frente
al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed.
Los relatos cambiantes, y en ocasiones contradictorios, crearon una crisis de
credibilidad para la Casa Blanca en un momento crucial, con la salud del
presidente y el liderazgo de la nación en juego a menos de un mes de la
elecciones.
La Casa Blanca intenta rastrear esta serie de infecciones de colaboradores y
aliados cercanos de Trump y todo indica que el brote se desarrolló durante
el evento de la Casa Blanca del 26 de septiembre en el que Trump presentó a la
jueza Amy Coney Barrett como candidata de la Corte Suprema.El 26 de septiembre,
Trump reunió a más de 150 personas en el Rose Garden, donde se abrazaron y se
dieron la mano, sin usar tapabocas.
En tanto, el demócrata Joe Biden, retiró del aire sus anuncios
proselitistas y hoy envió emisarios de alto nivel para entregar un mensaje en
gran parte amistoso.
«Esperamos sinceramente que el presidente se recupere muy rápido y
podamos verlo de regreso en la campaña electoral muy pronto», dijo Symone
Sanders, que asesora a Biden, informó la cadena de noticias estadounidense CNN.
«Este es un recordatorio evidente de que el virus es real», agregó
Sanders.
Estados Unidos, que con más de 7,4 millones de casos y 209.668 muertos por
la enfermedad es el país más afectado por la pandemia de coronavirus, marchas
hacia las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre, mientras los
temores por una segunda ola de contagios crecen a diario.

